lunes, 30 de mayo de 2011

Frozen (2010)

Director: Adam Green
Actores: Shawn Ashmore, Emma Bell, Kevin Zegers
País: Estados Unidos
Título en México: Muerte en la Montaña

Esta cinta se basa en una sencilla premisa de supervivencia: Tres surfistas de nieve quedan atrapados a bordo de un teleférico y deben intentar escapar o arriesgarse a morir congelados.

No tengo ningún problema con la simplicidad del concepto. Es un temor válido que seguramente ha pasado por la cabeza de todas las personas que han utilizado - o inclusive las que sólo han visto - un teléferico en un sitio nevado.

Habiendo validado la premisa, ¿cuál es entonces el éxito en su ejecución?. En primer lugar, se observa que el tono de las escenas varía entre el terror y la comedia. No hay nada intrínsecamente incorrecto con dichas variaciones, toda vez que este estilo ha sido utilizado con éxito en otras películas como Drag Me To Hell o Trick 'r Treat. En dichos filmes, las escenas cómicas no aminoran el efecto de las terroríficas - si acaso, producen el efecto contrario: Suavizan el humor de los espectadores, evitándoles estar preparados para una secuencia de terror, lo que maximiza la efectividad de esta última. En contraste, las tonalidades cómicas de Frozen funcionan más bien como interferencia o ruido que resquebraja la fluidez de la trama, reprimiendo la construcción del suspenso y evitando que logremos una genuina preocupación por el destino de los personajes. Ni siquiera se podría decir que son muy graciosas por sí mismas.

Los personajes tampoco ayudan mucho. Se dedica una considerable cantidad de tiempo y diálogo en describir quiénes son y de dónde vienen, cuando las respuestas a estas preguntas no terminan siendo muy interesantes. Tal vez la idea era que se pudiera tratar de cualquiera de nosotros, o nuestros amigos o parientes, pero las personalidades tan abiertas y ambiguas de los personajes previenen en cambio que nos interesemos lo suficiente en ellos como para importarnos si sobreviven o no. Efectivamente, cuando el primero de ellos sufre un infortunio, me encontré riéndome con la escena, en vez de horrorizarme con ella.

Puedo decir a favor de este trabajo que la respuesta de los personajes ante su dilema me pareció realista, es decir, la trama me convenció de que eso sería efectivamente cercano a lo que sucedería si tres personas se hallaran alguna vez en esa situación. También encontré valor en la ambientación, ya que se logra transmitir la sensación de abandono y del terrible frío que los acecha (tal vez el único elemento aterrador de la película). Es una pena que el producto final no alcanzó un decente nivel de terror o, cuando menos, de entretenimiento.

2 de 5 calabazas

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